miércoles, noviembre 21, 2007

EL ÚNICO LECTOR (INTERCAMBIO EPISTOLAR ENTRE SEÑORES)


Santiago de Chile, lunes 19 de noviembre.17:45 horas.
Querido señor Valbuena:
Dado que a partir de la semana pasada contamos con nuestro primer lector, le insto a que entregue unas reflexiones -serias, pausadas muy razonadas en su mundo valbueniano- y que las lance a los cuatro vientos en nuestro blog “los señores”, a fin de seducir de manera platónica y permanente al único ser humano ajeno al mundo valbueniano y mirandiano (familia, amigos, mascotas), que ha leído nuestro querido y solitario blog.
Suyo
Un señor

Buenos Aires, lunes 19 de noviembre, 23:05 horas.
Mirandista, qué placer saber de usted.
Es hora de festejar. Cuando usted me comunicó que teníamos un lector, un tal “Antón”, sufrí una descompensación. Pensé: años de siembra... años de noches en vela... y ahora la dicha. Sin embargo, como estoy enterado que usted a veces juega con las emociones humanas, quisiera preguntarle: ¿puede probar que usted no es “Antón”, haciéndose pasar por nuestro único y anónimo lector?
Siempre suyo,
roka

Santiago de Chile, martes 20 de noviembre, 22:23 horas
Incrédulo Valbuena:
Miranda, acá, bebiendo borbón en un bar de calle Nueva York, al lado del club de la Unión. Le diré una cosa y terminaré con estas tres frases la polémica: no soy Antón. Él existe. No le conocemos. La vida es una institución de acciones y determinaciones. Pues bien, estoy decidiendo y actuando al mismo tiempo, como son los hombres de buen proceder. Así, al hacer sonar los dedos mirandianos actúo y determino, aunque ya vea doble y crea venir volando al mozo con el cuarto añejado de Tenesse He decidido que nuestro lector necesita una ayuda de “los señores”. Entenderá que él es como un primogénito; el niño que nace en un blog primerizo. Debemos cuidarlo, mimarlo, entregarle poderes. Debemos tratar que este “Antón”, señor, sea el primero de varios infantes lectores. Regalémosle juguetes (pienso que usted podría invitarlo a ver un show revisteril en Buenos Aires, mientras que Miranda lo llevaría por los bajos fondos que tan bien conoce aquí, en Santiago de Chile). Señor, sólo una cosa: actuemos rápido. Mire que mi borbón se acaba y mi dinero también.
Con preocupación.
Miranda

Buenos Aires, martes 20 de noviembre, 22:59 horas
Amigo y bebedor:
Nos habíamos acostumbrado a la soledad. No sé. Usted y yo. Éramos los dos señores solitarios y ahora, de improviso, ha aparecido este lector. Le soy franco: me pilló de sorpresa. En parte, y no tome esto como un sentimiento sucio, me siento invadido. Yo a usted lo puedo ver e imaginar. Pero y a “Antón”?, qué escala valórica tiene nuestro lector?
Perturbado, aunque de todas formas suyo
Valbuena

Santiago de Chile, miércoles 21 de noviembre, 01:09 horas
Etéreo y preocupado camarada:
Camino por calles sucias, pleno centro de la ciudad, en una caminata meditativa que hago casi al llegar a la estación Mapocho donde tomaré un taxi y una sola palabra cruza mi cerebro: “Antón”, “Antón”, “Antón”. Señor, me muevo como danzarín en este barrio lleno de boites que tanto usted gustaba de visitar, y miro a los hombrecillos que cruzan mi visión 20/20. ¿Estos seres humanos, señor, serán “Antón”? Veo a un muchachón pequeño, con dientes amarillos, picados, breves. Y tiemblo. Será así “Antón”, especulo. Pero como le dije en la carta anterior: actuemos. Entreguemos un voto de confianza al hombre de cinco letras. Abramos nuestros brazos y corazones, y digamos: “¡bienvenido, hermano Antón! ¡Hablad, escribid! ¡Conviértete en nuestro PRIMER Y ÚNICO LECTOR!”. ¿Qué le parece? Redondo, estuopendo. Nadie nos odiará, dejaremos de ser los ermitaños, los orates que leen su propio blog y obligan a los amigos a que visiten su paginilla. No me va a creer, pero casi al llegar a General Mackenna una viejecilla me pregunta por su persona. Ella me dice: “yo inicié al pequeñito rubio cuando tenía 24 años. Su tío me lo trajo, y lo hice hombre”. Señor, la veterana pide que usted le mande una remeza de 34 pesos argentinos mensuales, de manera vitalicia, por servicios prestados.
La viejecilla, suya.
LMV


Buenos Aires, miércoles 21 de noviembre, 04:34 horas
Hermano andes:
He meditado largamente el asunto. No podemos perder a “Antón”. Usted lo dijo y yo me sumo a su pensamiento. Si “Antón” voluntariamente nos ha leído, podemos presumir que quizás hay muchos “Antón” dando vueltas. Fortuna ha girado y nos pone en la parte alta. Pero vienen las dudas: ¿y si “Antón” se aburre de pronto?, ¿y si “Antón”, notando que carecemos de movimiento en el blog, se decepciona? Esta gente espera una renovación constante. “Antón” quizás en estos momentos ingrese al blog y note que, en una metáfora que los blogger no comprenden, nosotros tenemos el mismo post de hace un mes No lo sé. Le ruego deje de merodear vedettes y vaya a su escritorio.
Debemos impactar a nuestro lector.
Señor, iré al reposo.
Con pijama de la Pantera Rosa
Más de “Antón” que suyo
r.